COMPORTAMIENTO Y BIENESTAR EN EL TRABAJO (1ª parte)


Todas las personas se encuentran actualmente expuestas a altos niveles de incertidumbre provocada por la complejidad y el dinamismo del contexto con el que interactúan. Las organizaciones sufren el mismo impacto y se acrecienta si se considera la necesidad continua de lograr el desarrollo de ventajas competitivas para poder acceder, mantenerse y crecer en un mercado demandante, exigente y que presiona permanentemente ya sea por una rápida respuesta, mayor innovación, mayor calidad o por menores costos. 

Así, la situación se transforma en una búsqueda continua de productividad, basada en los distintos componentes de su cadena de valor, entre los cuales se encuentran los individuos que la conforman. Evidentemente, estas presiones se ejercerán necesariamente sobre los trabajadores y, si la organización no recurre a instrumentos para amortiguar sus efectos, terminará generando situaciones de estrés laboral, afectando a su calidad de vida y su condición psicológica. 


 

 

El estrés en el trabajo se entiende como una situación de desequilibrio que percibe el individuo entre las demandas y las condiciones del trabajo con relación a sus capacidades, sus expectativas y aspiraciones. Frente a esto, cada individuo desarroll a una respuesta adaptativa de acuerdo a sus propias características personales y psicológicas, provocando en su organismo un impacto que lleva a ciertas reacciones de adaptación. 

Estas situaciones de estrés surgen por diferentes elementos intervinientes, entre otros:

· Condiciones del entorno: incluye las variables económicas, políticas o sociales generales que afectan a la persona, comprendiendo también a su entorno familiar. Las características medio ambientales, la situación económica, el nivel de pobreza, las condiciones de salud y educacionales, el respeto por las diferencias individuales y los derechos humanos, entre otros.

· Características del trabajo y/o de la organización: que inciden incrementando o disminuyendo las demandas hacia la persona, si estimulan o desincentivan el crecimiento y desarrollo de capacidades y habilidades, el logro de objetivos o si fomentan el aprendizaje permanente.

Las condiciones del ambiente físico, su disposición o distribución, el tipo de trabajo que desempeñe, el nivel de conflicto con el rol asignado, el nivel de responsabilidad a asumir, las características, presiones y tipo de interacciones grupales, los niveles de reconocimiento y apoyo, el tipo de supervisión, nivel de participación en la toma de decisiones, frecuencia y calidad de la comunicación, nivel de exigencia, son ejemplos para este punto.

Las características organizacionales que surgen de tipo de negocio o actividad, el diseño estructural, el nivel del puesto, el nivel de burocracia, el estilo de conducción, la tecnología. Además, se puede mencionar el nivel de atención requerida en el trabajo que se desempeña, el turno, las variaciones en la carga de trabajo, la extensión de la jornada laboral, el trabajo repetitivo, los incentivos, estabilidad laboral, especificaciones poco claras, etc.

· Características del individuo: que contemplan sus conocimientos, capacidades y habilidades, sus expectativas y necesidades, su locus de control, sus creencias y valores, sus condiciones de adaptación o respuesta, entre otros.

Muchos de los factores que intervienen ya han sido revisados en las unidades 1 (clima organizacional) y 2 (cultura organizacional), pero merecen ser señalados en esta situación. Las diferencias de cada individuo llevan a una apreciación o interpretación personal o subjetiva de cada situación y el nivel de estrés que provoca y por ende, diferente será cada respuesta. Interviene el nivel de autoestima, la tolerancia a la ambigüedad, la personalidad, junto a los valores, habilidades o a otras condiciones dadas por su género, educación, edad, tiempo dedicado al trabajo, etc. 

La interacción de todos estos componentes incidirá en la calidad de vida de los trabajadores y en su condición física y psicológica y, por lo tanto, afectará a la posibilidad de que la organización logre las condiciones de competitividad requerida por el mercado en el que actúa. 

Fuentes: Mg. Shirley Saunders.

Curación de contenidos: José Ramón Moreno Miranda 


 

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