El diccionario de la Real Academia Española define compromiso en su primera acepción como: “Obligación contraída, palabra dada, fe empeñada”. Proviene del latín compromissum, y está íntimamente relacionada con la palabra promesa, que se define como “Expresión de la voluntad de dar a uno o hacer por él una cosa”. De este modo, la voluntad de la promesa se convierte en obligación en el momento de ofrecerla, “me compromete”.
En coaching ontológico o transformacional, quizá el tipo de coaching más extendido, se trabaja la distinción expectativa vs. compromiso.
La expectativa es unilateral, percibimos a los otros como esperamos y deseamos que sean, aunque no nos hayan prometido nada. Si no responden a nuestras expectativas nos quedamos en el resentimiento, en la queja y los hacemos culpables de nuestras penalidades, ya sean parejas, compañeros, jefes, subordinados…, todos son culpables menos nosotros. Nos covertimos en víctimas del destino y perdemos todo control de la situación (Locus de control externo, la causa está fuera de mi).
Por otro lado, el compromiso es un acuerdo. Nos obliga a dar cuenta de lo prometido (voluntariamente). Cuando asumimos (no solo aceptamos) el acuerdo: nos comprometemos. En el compromiso hay una motivación implícita. Puede ocurrir, y ocurre, que aunque la motivación desaparezca, sigamos asumiendo los mismos compromisos porque los hemos tomado como una obligación. Si no cumplimos con el compromiso se nos puede reclamar el cumplimiento, somos protagonistas, y además en vez de buscar culpables nos convertimos en responsables.
Vídeo expectativa versus realidad en el matrimonio (Humor).
Compromiso vs Expectativa
Compromiso: es una acción compartida en donde intervienen ambas partes. Está comprometida la otra parte también.
Expectativa: es una petición no hecha, unilateral, sin aceptación de la otra parte. En la mayoría de los casos, ni siquiera conocimiento, y, si no la haces, puedes estar toda la vida esperando a que se cumpla.
La expectativa es una emoción. Se niega a la persona realmente como es, y se la ve como uno espera que sea, aunque no lo haya prometido nunca. Si algún individuo no responde a nuestras expectativas y no damos lugar al reclamo, nos quedamos en la queja y el estado de ánimodel resentimiento. ¿Cómo puede saber el otro que nosotros esperamos algo de él? La expectativa está en uno mismo y si está o no validada, depende del mismo indididuo.
José Ramón Moreno Miranda
Coach ICF (International Coach Federation)