16 de enero de 1547: Uno de los gobernantes más inflexibles y célebres de la historia fue proclamado zar en una fecha como la de hoy. Iván IV Vasílievich, mejor conocido por su apodo de “el Terrible”, vivió en una época crucial para Rusia. Su padre, Basilio III de Moscú, falleció cuando Iván era apenas un niño y su madre, Elena Vasílievna, fue envenenada al parecer por miembros de la clase boyarda que disputaban el poder del país. En medio de un contexto plagado de conspiraciones y en el cual la unión de Rusia parecía despedazarse, Iván tuvo que ganarse el respeto de todos sus súbditos y rivales desde temprana edad, así tuviese que recurrir a actuaciones implacables y crueles.
El 17 de enero de 1547 un joven de 16 años recibía el título de zar y daba comienzo a 40 años de gobierno que cambiaron el destino de Rusia. Durante su mandato Iván organizó un consejo de elección, compuesto por mercaderes y la pequeña nobleza, esto con el ánimo de cumplir uno de sus deseos más fervientes: reducir el poder de los boyardos. Creó el primer ejército ruso permanente integrado por 3.000 streltsí o mosqueteros. Promulgó varias reformas económicas y mantuvo la política de expansión y unión de Rusia por medio de cruentas acciones bélicas. Una de las más famosas fue la masacre de Nóvgorod, en la cual se torturó, decapitó y empaló a muchos de los habitantes de esta población. La fama de “Terrible” del zar no solo se sustentó en sus acciones públicas sino que sus enemigos dieron amplia publicidad a las continuas muestras de locura y ataques de ira que cometió Iván en privado. En uno de estos se dice que asesinó a su hijo mayor.
Hoy todavía se cuestiona si las implacables acciones emprendidas por Iván fueron secundarias de un gobernante que centralizó el poder político en su figura, un elemento común de varios monarcas europeos de la época, o si, por el contrario, obedecieron a trastornos psicológicos que acompañaron a este soberano desde su niñez.