20 de enero de 1503: Conforme con la tradición legalista y notarial que caracterizó a la España del siglo XVI, la corona creó el 20 de enero de 1503 una institución que regulase todo lo relacionado con el comercio y la navegación hacia el Nuevo Mundo: la Casa de Contratación de Sevilla. Esta tuvo como encargo funciones tan diversas como fueron el control de los navegantes que viajaban a América, el registro de los impuestos del comercio en las “nuevas” tierras, la anotación de todos los “descubrimientos” realizados por los españoles y la elaboración de los mapas de los territorios colonizados por los españoles. Esta última labor era de sumo cuidado, pues la información náutica y de cartografía se mantuvo en secreto para evitar que cayese en manos de potencias rivales.
Pese a los juicios racionales, tanto negativos como positivos, que han realizado diversos historiadores al funcionamiento de esta institución, en su tiempo la casa tuvo referencias casi poéticas. Pedro Mártir de Anglería, el cronista de Indias que nunca pisó suelo americano, la llamó la “Casa del Océano”, pues debido al continuo flujo de todas las mercancías y cosas venidas del Nuevo Mundo que pasaban por allí, la Casa de Contratación resultaba ser el mejor punto de contacto de los europeos con las tierras ubicadas al otro lado del Atlántico.