TAL DIA COMO HOY (5-12-1484): El papa Inocencio VIII ordena a la Inquisición perseguir la brujería

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5 de diciembre de 1484: Existe la creencia popular que relaciona las actividades persecutorias de la Inquisición con los tiempos medievales. Sin embargo, esta creencia es errada, pues solamente hacia finales del medioevo esta institución comenzó a perseguir a los individuos acusados de brujería y solo con el comienzo de la Edad Moderna esta se volvió un práctica sistemática. Hasta el siglo XIV, la iglesia romana sostuvo que las brujas no existían y que cualquier tipo de persecución en su contra podía considerarse como herejía. No obstante, a finales del siguiente siglo, esta perspectiva cambió de forma radical. El 5 de diciembre de 1484 el papa Inocencio VIII publica su famosa bula Summis desiderantes affectibus, por medio de la cual admitió la existencia de las brujería y ordenó el procesamiento de cualquier sospechoso de este delito contra la fe. El brazo encargado dentro de la iglesia de estas actividades sería la Inquisición, institución conformada con el supuesto fin de mantener los dogmas de la iglesia y combatir las herejías.

Esta bula papal será la base para la publicación en 1487 del Malleus Maleficarum (‘el martillo de las brujas’) que se convirtió en el texto básico para la identificación, incautamiento de bienes, tortura y “expiación” mediante hoguera de aquellas personas culpables de brujería. Este delito fue definido como el pacto entablado con el demonio a cambio de habilidades mágicas y adivinatorias generalmente empleadas con fines maléficos. Las principales víctimas de esta persecución fueron las mujeres, sobre todo aquellas que se “salían” de las pautas de la época, pero también terminaron procesados y condenados hombres, niños e incluso animales.

Todavía no existe una explicación definitiva a esta persecución, aunque los grandes cambios sociales ocurridos con el final de la Edad Media, episodios de histeria colectiva, la profunda sensibilidad religiosa que caracterizó a los siglos XV y XVI además de grandes transformaciones culturales pueden ser fenómenos que dan alguna razón a este proceso. Si bien fue la Iglesia católica el ente que organizó las primeras etapas de la caza de brujas, esta terminó adoptándose también por parte de las corrientes protestantes. Lutero, Zuinglio y Calvino apoyaron la persecución y justificaron la muerte de aquellos encontrados culpables de brujería. No se sabe el número exacto de víctimas cobrado por la caza de brujas; los cálculos más equilibrados afirman que pudieron ser cerca de de centenares de miles de procesados, teniéndose como cercano el número de 50 mil personas ejecutadas en Europa por esta causa. Salvo algunos casos famosos, como el de Salem, la caza de brujas en América no cobró ni la espectacularidad ni los aterradores números del Viejo continente.


 

 

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